Después de un día completo de navegación y estar tirados al sol, llegamos a la Isla Griega de Corfú ubicada en el Mar Jónico. Nos habían recomendado no bajar a este puerto, ya que como íbamos a ir a otras Islas Griegas, iba a ser más de lo mismo, por lo que no teníamos planeado bajarnos aquí.

Nos despertamos tranquilamente y decidimos bajar, para dar una vuelta y desayunar en la ciudad y no nos arrepentimos de la decisión.

El centro de la ciudad quedaba un poco retirado del puerto (10 min aprox) por lo que en el barco vendían unos tickets para un bus de acercamiento, costaba algo así como $16 dólares (cada uno) ida y vuelta. El bus nos dejó en una de las Fortalezas Venecianas que tiene la Isla, ya que esta Isla es conocida como la «Ciudad de Castillos» por la cantidad de Fortalezas ubicadas estratégicamente a lo largo de ella.

Costado Derecho de la Fortaleza Antigua

Tuvimos la suerte de que ese día la entrada era liberada, lo cuál no teníamos idea, así que fue una buena sorpresa para nosotros. Decidimos parar en el único café que hay dentro de la fortaleza a tomar desayuno, además de que tenía Wifi y pude conversar con mi familia, nos dedicamos a aprovechar la vista hermosa que tiene.

La idea de bajar a la Isla era poder probar un poco de la comida típica, así que cuando llegó el chico que atendía le pedimos unos sandwiches típicos del lugar… yo no sé si no me entendió lo que le dije o simplemente lo que nos trajo era lo más típico, quizás mis expectativas eran muy altas, porque finalmente nos trajo un sándwich de lechuga, mayo, tomate y jamón.

Ahora que lo pienso, quizás el tipo no me entendió y nos trajo algo que pensó que era de gusto transversal.

Sándwich típico según el mesero.

Después de tomar un desayuno más o menos, fuimos a recorrer la Fortaleza. Debo decir que es muy linda, vale la pena pagar los 6 Euros que cuesta la entrada. La verdad es que no sé por qué el día que fuimos la entrada era liberada, de todas maneras hubiésemos pagado para poder visitarla. Si bien está un poco descuidada, a mi parecer le da un toque particular.

Lo que más llamó mi atención dentro de la visita fue la enorme Iglesia que hay dentro de la Fortaleza. Partió como una iglesia Anglicana para los soldados Británicos y cuando la Isla fue cedida a Grecia, se convirtió en una iglesia Ortodoxa.

Iglesia San Jorge.

Lo mejor fue que no había mucha gente visitando el lugar o puede ser que como era tan amplio era mucho más cómodo, pero fue una visita tranquila y súper amena.

Amena hasta que a Andrés se le ocurrió ir a la punta del cerro…LITERAL.

Por uno de los costados hay un sendero empinado de mucha piedra, que llega hasta el primer mirador, acá está la punta de la torre del reloj y tiene una vista panorámica de la ciudad preciosa. Tomamos un par de fotos, descansamos y como queríamos recorrer un poco más la Isla, para mi beneficio, no subimos a la cima… MENOS MAL!

Al salir de la Fortaleza cruzando la calle, está la plaza principal y atravesando ésta se encuentran las calles más transitadas, están los típicos puestos de recuerdos, regalos, poleras….lo mismo de siempre.

Calle principal.

Para compensar el sustito que le hice pasar a mi mamá, le he comprado cuanto imán he visto, ya que colecciona de esos imanes para el refri… ahora uno no sabe por donde abrir el refrigerador…hasta la manilla tiene imán, bueno pedazos de imán también porque entre tanto abrir y cerrar el refri, se han roto ene…tantos que no sabemos de donde son, pero mi mamá los guarda igual.

La cosa es que estábamos comprando en un kiosko bienes de primera necesidad que no hay en el Barco, como Chester, Ramitas, Papas Fritas y Chocolates (para cambiar el sabor), podremos morir de cualquier cosa, menos de hambre. Entre todas las cosas que le estábamos comprando le pregunté que cuánto costaba el Imán (lo pronuncié AIMAN) y no sé qué fue lo que me delató.. debe haber sido la cara de WTF del Andrés, quien después de reírse me corrigió y le dijo a la señora que cuanto costaba el «MAGNETO». Algo que mis papás siempre me dijeron es que debía confiar en mí y proyectar siempre seguridad, así que de no ser por que el Andrés me corrige, la señora estaría tomando un curso de Inglés por creer que no sabía tanto jajajjajajajajajjajajajajjaja.

Entre tanto paseo entre las calles, no nos dimos cuenta y habíamos cruzado la Isla, así que estábamos listos para el almuerzo.

Entrando a la calle principal, había un restaurante que tenía más avisos y sellos que las golosinas en Chile. Era el local más antiguo de la Isla y además se jactaba de tener comida típica, nosotros que estábamos con ganas de probar algo típico y después de la primera experiencia nefasta decidimos quedarnos ahí.

Local donde almorzamos.

Lo primero que te ponen en la mesa es una botella de Agua, pan casero y aceitunas. Uno como es Chileno, piensa que es cortesía de la casa, pero NOT!, te ponen esto en la mesa y después te lo cobran, así que como yo ya sabía esto le dijimos al mesero que no al agua, pero SI al pan con las aceitunas, uno es débil igual y el pancito siiiiiiiiempre se agradece.

Pan casero con aceitunas.

Ahora venía uno de los grandes conflictos del viaje… que quiere comer el Andrés. Imagínense… si se demoró en decidirse para pedirme matrimonio, cómo se demora en elegir que va a comer, si el amor por la comida anda por ahí conmigo. Después de 20 min pensando que iba a comer se decidió, sin antes preguntarle al camarero si tenía camarones su plato, ya que el pobre tiene alergia a los camarones POR COMERLOS MUCHO, imagínense que tanto puede llegar a comer uno para que le de alergia, en fin. El mozo no hablaba bien inglés, así que yo creo que respondió cualquier cosa cuando el Andrés le preguntó si tenía camarones.

Yo había leído sobre un plato de carne típico y quería probarlo, como a mi no me gustan los mariscos y los griegos son buenos para los productos del mar, tampoco había mucha opción, en cambio Andrés eligió un spaghetti (lo googlié para escribirlo bien) o tallarín con salsa y productos del Mar. Se demoraron un buen rato en traernos los platos y cuando casi nos estábamos comiendo los cuescos de las aceitunas del hambre, aparece el camarero.

Mi plato era el típico puré con carne al jugo, quizás con uno que otro aliño, pero básicamente eso, en cambio el plato del Andrés era el CAMARÓN más grande del mundo con spaghetti….FAIL MONUMENTAL. La cara del Andrés ni les cuento, así que yo me tuve que sacrificar por el Matrimonio y por la estabilidad emocional de mi marido jajajajajajajajajja y le cedí mi rico plato de carne al jugo.

Lo único que puedo decir, es que las aceitunas estaban muy ricas!

Para cambiar el amargo del almuerzo, fuimos por un helado y yogurt griego, otra mala decisión. No me gustó para nada el sabor del Yogurt griego, creo que es muy ácido para mi, yo le pondría un poquito más de azuuuuuucar, algo con más sabor no sé, una sugerencia jajajajajajjajaja.

El hombre más lindo del mundo.

Así que decepcionados de la comida, pero con unas postales maravillosas de la Isla, nos fuimos al Barco de vuelta para tomar sol. De verdad esperábamos poder comer algo mucho más típico de lo que vimos, pero definitivamente valió la pena bajarse en esta Isla para conocerla un poquito.

Cariños,

Fer.

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